BAUTISMO EN AGUA 

SIGNIFICADO Y NECESIDAD DEL BAUTISMO EN AGUA

“El que creyere y fuere bautizado, será salvo” (Marcos 16:16).

“El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5). 

“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados . . .” (Hechos 2:38).

“Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús” (Hechos 10:48).

“Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre” (Hechos 22:16).

“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo” (Romanos 6:3-4).

“Ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (I Corintios 6:11).

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LA DOCTRINA DE DIOS 

“Dios es Espíritu” (Juan 4:24). El no se compone de carne, sangre, huesos, o materia física. El es invisible al ojo humano, a menos que escoja revelarse en alguna manera (Juan 1:18). Dios posee individualidad, racionalidad, y personalidad. El es autoexistente, eterno, e inmutable. El es omnipresente (presente en todo lugar), omnisciente (tiene toda sabiduría y todo lo conoce), y omnipotente (todopoderoso).

La naturaleza moral de Dios incluye santidad, justicia y rectitud, misericordia y gracia, amor, fidelidad, verdad, y bondad. El es absolutamente perfecto en toda manera. I Juan 4:8 dice, “Dios es amor”; ninguna otra religión le identifica tan completamente a Dios con el amor. (También te puede interesar: La Unicidad de Dios)

Puesto que Dios es santo, El no puede tener comunión con el pecado. La justicia de Dios demanda castigo para el pecado, pero en Su amor y misericordia El dió a Su Hijo para satisfacer los requisitos de Su justicia, proveyendo a la vez salvación para pecadores arrepentidos. Los que rechazan Su gentil provisión de la salvación enfrentarán a Su juició. Dios ama al pecador, pero Su naturaleza santa no le permite amar, condonar, o ignorar el pecado. 

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